"Al no sentir nada sólido bajo los pies, usted debe suponer que ya está volando. Lo comprobará si siente ráfagas que le despeinan y le azotan la cara"
Me
parece que la técnica de vuelo es simple. Primero se debe iniciar una lenta
carrera para luego incrementar la velocidad alargando los pasos con pequeños
saltos. Al mismo tiempo, se deben mover los brazos como si nadara al estilo
mariposa, alternado los brazos. Esto es una advertencia; nunca se deben agitar
los brazos como hacen con sus alas, los gorriones o los sinsontes, podría ser
peligroso, mortal. Yo recomiendo la técnica que posee el conoto negro, esa ave increíble del
orden de las oropéndolas, parecida a
un cuervo, con un pico que restalla de amarillo y que posee dos plumas áureas
centrales en la cola. Esta ave es una flecha contra el viento.
Una
vez que se ha alcanzado una velocidad considerable y se ha generado el impulso
necesario, debe usted dirigirse hacia una colina que indefectiblemente conduzca
a un farallón grande. Al no sentir nada sólido bajo los pies, usted debe
suponer que ya está volando. Lo comprobará si siente ráfagas que le despeinan y
le azotan la cara.
Cuando
en estas instancias logre abrir los ojos, notará que abajo se abre un valle
verde y que todas las casas y personas se ven muy pequeñitas. Si a estas
alturas, (aquí la palabra altura, no
se refiere a la altura del vuelo, si no al momento que se vive) usted no
experimenta ninguna atracción brusca de efecto gravitatorio, es porque
verdaderamente se encuentra volando. Entonces experimentará un sentimiento
parecido a la felicidad.
Las
instrucciones para el aterrizaje son un poco más complejas.
Mi amigo David Espinoza, agudo intelectual, me envía el siguiente mensaje por otra vía y no puedo dejar de consignarlo por acá: «Muy buenas instrucciones para elevar el vuelo, estimado Roberto. Me parece muy bien con una salvedad. Usted no me puede animar a intentar volar sin el manual de aterrizaje, a menos que esas instrucciones venga con una segunda entrega. Mientras, prefiero mantener mis pies en tierra aunque mis pensamientos sigan en la luna :-) pero no por eso deje de seguir elucubrando. Lo apoyo desde mi humilde trinchera.»
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