RELATOS Roberto Molinares

viernes, 25 de diciembre de 2020

Noche Fría


El peregrinaje de una singular pareja

Una curiosa estrella se desplazaba en la oscura bóveda hasta que se detuvo en un punto específico del medio oriente. El astro serviría de referencia a unos sabios de Persia o Mesopotamia, grandes matemáticos y astrónomos, que habían partido meses antes, siguiendo su fulgor y estudiando el fenómeno, convencidos que sólo podía significar una cosa: anunciaba el nacimiento del más importantes de los reyes.



Por ello, venían preparados para ofrendar oro, tributo absoluto de los soberanos, incienso, fragancia ofrecida únicamente a los dioses, y mirra, con la cual se preparaba la sepultura y los cuerpos de los grandes señores. 


Los tiempos exactos del Altísimo, solo podían cuadrar, si la pareja se movilizara desde las montañas de Nazaret de Galilea, hasta la tierra del más célebre de sus antepasados, la ciudad del gran Rey David, Belén de Judea. 

Un extenuante recorrido de 120 kilómetros de distancia, que probablemente, José tuvo que hacer a pie, mientras que María, por su avanzado estado,  debió ir en el no menos fatigoso e incómodo lomo de un asno. Trayecto que cubrirían aproximadamente en unos difíciles y complejos 6 días. Las tradiciones no bíblicas, presentan a una pareja dispareja. María es prácticamente una niña, que a lo sumo alcanzaría los 15 años, mientras el noble carpintero de Nazaret, podría doblarle la edad o mucho más. La responsabilidad de cuidar a la adolescente grávida, es una aventura llena de peligros que debe asumir José: Intemperie cruel, soledad, cansancio, desesperanza, hambre, y probables salteadores de camino. Para ello, el carpintero solo va armado con un báculo de caminante y con una fe pocas veces vista. A José le bastó recibir las palabras de un ángel durante un sueño para asumir una misión increíble: "José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque el Niño que se ha engendrado en ella es del Espíritu Santo"

Todo esto ocurrió para que la  pareja estuviera en el lugar correcto, bajo el cono de luz de la estrella viajera que por fin se había detenido. Algo así como sucede en el teatro cuando el actor protagonista es bañado por el reflector y la escena cobra una importancia total.

Un dictamen del emperador romano Augusto, los obligó a movilizarse para ser empadronados, un censo que permitiría conocer de cuántos súbditos disponía en Palestina. Una medida con fines políticos y económicos que hizo que todos los habitantes de Israel se cruzaran con rumbos distintos cada uno buscando el lugar de origen de sus ancestros. Una especie de hormiguero no alejado del caos.  

¿Qué si fue en diciembre? la pregunta sigue para el debate. Lo cierto es que la navidad que hoy en día se celebra, no tendría la magia en otra época del año. Todo apunta a rituales de renovación con el año que termina y el que comienza, el cielo despejado cargado de una atmosfera de estrellas, el clima y la nieve en algunos lugares del planeta. Una rara energía que irradia desde alguna parte del cosmos y cae sobre la tierra, y que los comerciantes del mundo han sabido corromper y prostituir con el tema del dinero, los regalos, Santa Claus y otros mitos alejados de lo que ocurrió la noche en que fueron sorprendidos los pastores por seres alados que pregonaban la paz y la buena voluntad.

Al estar copados todos los hospedajes, la pareja fue albergada de emergencia por algún alma caritativa en un lugar destinado para el descanso de las bestias. Este ser que se apiadó de las urgencias de María, debió ser sin dudas otra fémina, una matrona que conocía por experiencia propia las penurias de los dolores de parto y leyó en la mirada de la joven María, el temor y la incertidumbre. Algunas tradiciones sostienen que el lugar de alojamiento se trató más de una caverna o gruta, que de un pesebre como tal.

Una serie de extrañas circunstancias y aparentes casualidades se habían confabulado  para que se diera de  manera dramática, el cumplimiento de la más anhelada profecía del pueblo de Israel.  Dios interviniendo en la historia del ser humano. El nacimiento del Salvador de la humanidad, Jesús, el Mesías.













En este blog, aparte de expresar mi esencia literaria, suelo compartir algunas composiciones. Noche fría,  es un canto de navidad de mi autoría que tiene la intención de transmitir esos momentos dramáticos previos y posteriores al nacimiento del Salvador. 

Acompañado de mi hijo David Alejandro Molinares, les dejo en el siguiente video, nuestra interpretación como regalo de Navidad. 


Haz clip  para visualizarlo


Tema: Noche fría
Autor, Música y Letra: Roberto Molinares 
(Miembro de SACVEN 8051)
Arreglo: David Molinares y Roberto Molinares
Vocal: David Molinares y Roberto Molinares
Cámara: Ana Aiskel Amaro de Molinares

3 comentarios:

  1. Noche fría...La pregunta recurrente ¿Qué hubiese pasado si nosotros hubíesmos estado esa noche en Belén? ¿Hubiésemos abierto nuestras casas a esa pareja de Nazareth?...Lo peor es que la respuesta puede ser NO.
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    Y en cuanto a la canción ¡Felicitaciones mi hermano! tiene un aire pop de los años '60 estilo Las Cuatro Monedas ¿Las recuerdas?

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  2. Hermoso cántico! Esa noche fría no hubo lugar en el mesón para el Salvador... Actualmente el Señor está buscando vidas donde hospedarse para siempre; la pregunta es: ¿Hay lugar en nuestro corazón para Jesús?

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    Respuestas
    1. Todavía hay corazones dispuestos a recibirlo. Gracias querida Maigua, me honra y aníma tu comentario.

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Gracias por tu comentario. Es un aporte muy valioso para mi.

Leyendo a Will Storr. La Ciencia de contar Historias.

Roberto Molinares, Artista Plástico, Narrador Venezolano y Docente Universitario de UNEARTE, autor de la obra: "Jalados por los cabello...